Pepe Personal


Pepe Personal (de la serie de escritos sobre amigos artistas)
Se fijaron los dioses en Pepe Personal. Dos de ellos en concreto, griegos por más señas: Apolo y Dioniso.
Las antítesis estilísticas que representan estos dos dioses, y que caminan una junto a otra, casi siempre luchando entre sí, solo de vez en cuando aparecen fundidas, y entonces se produce la delicia de la existencia de una obra en la que todos gozamos con facilidad de la comprensión inmediata de la figura.
Las esculturas, en cuanto a pieza de madera, son algo muy real, pero lo real de la escultura en cuanto a la figura que Pepe Personal quiere crear pertenece ya al ámbito de lo divino.
Mientras la escultura flota aún como imagen de la fantasía ante los ojos del artista, éste continúa jugando con lo real. Cuando el artista traspasa esa imagen al entendimiento de todos y nos lo hace visible, ya está creando como un dios.
O lo que es lo mismo, creo firmemente que un paseo por el campo con Pepe Personal haría que todas las formas nos hablaran, se recrearan como si en la naturaleza no hubiera nada indiferente o innecesario.
Y es que Pepe Personal crea con la naturaleza, modelándola solo lo necesario para hacer nacer con ella una nueva vida. Juega con apariencias naturales que no solo engañan, sino que embaucan. Pues es propio de la esencia de Apolo, esa mesurada limitación, aquel estar libre de las emociones más salvajes, aquella sabiduría y sosiego del escultor.
Y digo sosiego pensando bien el adjetivo, pues a pesar de su conocida vehemencia, el ojo de Pepe Personal posee sosiego. Aun cuando parezca a veces encolerizado y mire casi con malhumor, se halla siempre bañado en la solemnidad de la bella apariencia con que sabe convertir todo cuanto toca.
También hay algo en Pepe Personal de Dionisos, pues en su embriaguez (la del dios que no la de Pepe), quedaba anulado el principium individuatiotis (principio de individuación), con lo que lo subjetivo desaparece totalmente ante la eruptiva violencia de lo general, de lo humano, y más aún, de lo natural y en consecuencia universal, que es lo que define la escultura de Pepe.
Recuerdo que las fiestas de Dioniso no sólo establecen un pacto entre los hombres, también reconcilian al ser humano con la naturaleza. Igual hace Pepe al crear de forma brillante y esplendorosa, de forma rosana (porque Rosana, nombre que llegó de Persia como Dionisos, significa eso, brillante, esplendoroso).
Al esculpir y tallar, Pepe Personal, de manera espontánea ofrece a la tierra sus dones. Me imagino a Pepe viendo un torso o un coxis en un tronco caído en un bosque, y al hacer ese descubrimiento, no me extrañaría que, pacíficamente, se acercaran los animales a su lado. Panteras y tigres arrastraban el carro adornado con flores de Dioniso.
Todas las delimitaciones que la necesidad y la arbitrariedad han establecido entre los seres humanos desaparecen en las obras de Pepe Personal. De la misma manera que le ocurre a esos pedazos de madera, quien los mira se siente mágicamente transformado, y en realidad se ha convertido en otra cosa.
Es casi algo sobrenatural. Vale que cuando Pepe crea los animales no hablan ni la tierra da leche y miel, pero igualmente tiene motivos para sentirse dios, porque todo lo que vivía sólo en su imaginación, ahora es percibido por todos.
La potencia artística de la naturaleza, no ya la de un ser humano individual, es la que se revela en esta obras. Y es entonces es donde con más facilidad se aprehende el increíble idealismo de Pepe Personal: una obra como una festividad de redención del mundo, como una celebración de la transfiguración.
Todo se resume en unas obras basadas especialmente en la figura humana, sintetizada en líneas curvas muy libres en las que juega sobre todo con el vacío. En la figura humana Pepe Personal encuentra los principios de la forma y el ritmo siguiendo de los de la naturaleza, usando piedras, huesos, árboles… Diríamos que el juego de volúmenes que crea se relaciona con la arquitectura orgánica, por el desarrollo de los perfiles curvos y ondulados que definen un estudio muy cuidado de la naturaleza.
En muchas ocasiones trabaja el vacío, el hueco, para él la piedra o madera se limita a rodear el hueco, que es la forma principal de la figura. Las formas del cuerpo se diluyen, se funden en un aspecto continuo que da un carácter cerrado a la figura, alrededor del hueco, o los huecos, que son el verdadero objeto de la composición.
En otras ocasiones se limita a facilitar el encuentro de materias y estructuras comunes, dándoles un nuevo sentido nuevos destinos. Hay casos en que sin intervenir directamente, ha dejado que sus figuras se modelen a sí mismas, renunciando a su propia mano. Hay otras obras en las que se limita a yuxtaponer los objetos y los materiales utilizados. Pero siempre intenta poner en relieve la fuerza figurativa de ciertos objetos naturales y crear una realidad superior por descontextualización y recontextualización de elementos extraídos de su entorno.
Entre Apolo y Dioniso el vencedor es Pepe Personal y su obra, una reconciliación divina entre el hombre y la naturaleza celebrada en el campo de batalla de los cinceles y las gubias.

1 comentarios:

BENI-ART dijo...

Caray...¿Quien es ese artistazo ?

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