Proyectos de narraciones

En consonancia con mi tendencia a interesarme e implicarme en todo aquello que no reporta ningún beneficio material ni práctico, me ha dado por redactar historias, así que, antes de ser criticado por ellas, he pensado que os podía exponer mis proyectos.
Una posibilidad es que para mi próxima novela opte por copiar el método de Dan Brown, una trama con sectas secretas, algo así: escondido en las cocheras del metro de Valencia, los jefes del Forum Illuminati guardan el oscuro secreto del porcentaje exacto de nylon que lleva la capa invisible de Harry Potter. Un iconólogo escéptico, acompañado de su perro Sultán y su sobrina Sophie, dará con dicho secreto, pero tendrá que ocultarlo de nuevo para evitar que se produzca la guerra de mundos a pesar de que la credibilidad de la Champions League esté por ello en peligro. ¿Qué tal? Igual resulta poco creíble, pero os juro que hay un argumento similar en internet.
¿Y si nos aventuramos en la literatura de terror? Imaginémonos una pandilla de jóvenes que deciden pasar unos días de vacaciones en una cabaña perdida de la mano de Dios en medio de una montaña nevada y en la que harán acto de presencia unos zombis con malas intenciones. Bueno, no es muy original, pero si sigue funcionando en el cine puede que sirva para un librillo.
¿Y si opto por la autoayuda e intento contestar alguna de las grandes preguntas de la humanidad a través de un cuento? Algo así como: el libro que le explicará cómo pudo Pulgarcito, que no era más grande que un pulgar, calzarse las botas de un gigante y caminar con pasos de 20 leguas sin que le rozaran en las ingles. O mejor aún, el drama social de la tercera edad que explicaría cómo es que Caperucita tuvo que pedir tantas pistas para darse cuenta de que su abuela era un lobo. ¿Estaba colocada? No, es que la mala nieta nunca visitaba a su abuela. ¿Qué tal?

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