Sexo con la cuñadita


Yo era feliz. Mi novia y yo habíamos estado saliendo desde hacía más de un año, por lo que decidimos casarnos. Mis padres nos ayudaron en todos los sentidos, mis amigos me animaron, diciéndome que ya estaba bien, que ya era hora, y mi novia era un sueño. Sólo había una cosa que me molestaba: su hermana menor. 
Mi futura cuñada tenía veinte años de edad, vestía ajustadas mini faldas y blusas escotadas. Tenía la costumbre de inclinarse siempre cuando estaba cerca de mí y ofrecerme una agradable vista de sus encantos entre su ropa interior. Yo suponía que su comportamiento era deliberado, pero nunca le había dicho nada a mi novia. Además, nunca lo hacía cuando estaba cerca de otra persona. 
Un día la hermana pequeña me llamó y me pidió que fuera a revisar las invitaciones de boda. Estaba sola cuando llegué. Me susurró que pronto me iba a casar, y me confesó que tenía sentimientos y deseos hacia mí que no podía superar y realmente no quería superar. Me propuso hacerme el amor sólo una vez antes de casarme y entregar mi vida a su hermana. Yo estaba en shock total y no podía decir ni una palabra. Ella dijo: voy a subir a mi habitación, si quieres seguir adelante con esto ven a buscarme, te espero desnuda en mi cama. Me quedé de piedra. Estaba como congelado mientras la veía subir las escaleras. Cuando llegó al descansillo de arriba se bajó las bragas y las tiró por las escaleras hacia mí. Me quedé allí por un momento, luego me volví y me dirigí directamente a la puerta principal. Abrí la puerta y salí de la casa. Me dirigí directamente hacia mi coche. Mi futuro suegro estaba de pie afuera. Con lágrimas en los ojos me abrazó y dijo: estamos muy contentos de que hayas pasado nuestra pequeña prueba. No podría pedir un hombre mejor para nuestra hija. Bienvenido a la familia. 
La moraleja de esta historia es: guarda siempre los condones en el coche.

2 comentarios:

Manuel dijo...

Uno de los mejores relatos que he leído últimamente. Lástima que la foto me vaya a provocar pesadillas con un exprofesor.

Unknown dijo...

Gracias Manuel, y disculpa por las pesadillas.

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