Beso en el bosque

Un miércoles de principio de mes:
Ella me dio un beso. No había nadie allí para presenciarlo. Nunca me besó de nuevo. La idea de no haber sido besado nunca me deprimía, pero la idea de no ser besado otra vez era insoportable.
Me decidí por no hablar de ello una vez hubiera regresado del bosque.
Volvemos a estar solos todas las semanas, pero ya sólo somos conocidos, amigos, tal vez. Yo la miro insinuante, pero ella no reacciona.
Un viernes de final de mes:
Ha salido en las noticias de hoy. Ya la han identificado. La culpa es de él, ese ciclista que ha encontrado el cadáver. Por su culpa se ha desvanecido mi última oportunidad de ser feliz.

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