Terrorismo estético

Casi pasó una semana antes de que los cabecillas de la banda fueran encerrados.
Doce víctimas inocentes maquilladas contra de su voluntad.
Dos de ellas fueron rociadas de laca durante un viaje en el autobús, otras cinco habían recibido masajes indios de cabeza en cines y teatros, y otras tantas se encontraron con que tenían las uñas pintadas, mientras hacían cola de pie.
Los terroristas se reinventan.

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