Comer a oscuras

El problema de comer a oscuras está en pillar con la mano el trozo de pan, no en llevártelo a la boca, que en ese trayecto nunca te equivocas. No sé si esto ilustra una moraleja sobre lo importante que es conocerse a sí mismo, o si es un alegato en favor de la electricidad, pero la obviedad queda dicha.

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