La amante del cine mudo

Vi una película muda que contaba la historia de una esposa que descubría que su marido iba a cometer una infidelidad esa noche. En lugar de mandarlo a freír espárragos, la esposa averiguaba el domicilio de la amante e iba a su encuentro. Ante "la otra", la esposa justificaba que ella amaba a ese hombre, y que para la libertina sólo se trataba de un capricho pasajero. La amante, conmovida, enviaba a esa primera cita nocturna a la propia esposa, disfrazada con un traje de la pilingui. En la oscuridad, su marido la tomaba por la otra, la amaba con fiereza, y trascurrido el ardor, caía en un estado de melancolía y arrepentimiento. Después de tomarse unos tragos en bares de mala muerte, el marido reunía el valor de volver a casa y confesar su pecado a la esposa (a la que supongo sorprendida por lo guarro que podía ser su maridito en la cama, y agradecida de que se hubiera ido a beber, porque si no no le hubiera dado tiempo a volver primero a ella, quitarse el vestido, el maquillaje, ducharse, en fin, todo eso)
Todo esto viene a que a mi, en lugar de hacerme reflexionar sobre las bondades del matrimonio (que supongo era la intención moral del film), me suscita una pregunta: Si hubiera sido la amante ocasional la que hubiera acudido y se hubiera consumado realmente la infidelidad, ¿el marido hubiera vuelto arrepentido?. A lo mejor es que su mujer era un saco de Porland en la cama y el marido pensó que para tener más de lo mismo no valía la pena calentarse la cabeza. Si la pilingui resulta una guarrilla como él, igual aún están encamados, ¿no?

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